Nunca llegue a entender porque me gustabas tanto. Eras todo lo que deseaba ver durante las 24 horas del día. Te consideraba único. Eras tan tú que no podía dejar de pensar en ti. Ahora he descubierto el por que.
Una de las razones fue que eras diferente a los otros chicos. Realmente no te importaba lo que la gente pensaba. Te enfadabas cuando te insultaban claro, pero ¿y quién no?. Eras todo menos arrogante. Si te decían guapo no te lo tomabas en serio, era como si no supieses que eras perfecto. Yo siempre pensaba que tenias un enorme corazón detrás de tus palabras frías. Tu mirada transmitía dulzura y tu sonrisa alegría.
La otra razón, sin duda me costo más encontrarla, es que eras como una parte de mi extendida en otro cuerpo. Eras mi yo que siempre oculto, y por otra parte el único que dejo ver. Sí ya sé que suena estúpido, pero es la verdad. Porque yo soy como la cebolla, demasiadas capas para esconder mis inseguridades.
El problema hoy en día es que has cambiado. Es como si el chico que yo quería ver todos los días hubiese muerto. Se ha transformado en un chico común. tan común que no destacas entre los otros. Has dejado de ser lo que eras por no tener personalidad. Querías ser como los demás y lo has conseguido. Eres facilmente sustituible. Engreído, arrogante y superficial son las palabras que te definen ahora.
Y ahora, yo debo encontrar las razones por las que no consigo olvidarte, a pesar de que eres exactamente el tipo de chico que odio.
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